Ante la amenaza del cambio climático, la necesidad de ahorrar energía y reducir las emisiones de CO2 es actualmente una prioridad a nivel europeo y mundial, tal y como se recoge en la firma del Pacto Verde Europeo

Según datos oficiales de la Unión Europea, más del 40% del consumo de energía se debe a la calefacción y refrigeración de vivienda. Además, el proceso de construcción representa también un gasto considerable de energía en la extracción, producción y transporte de materiales de construcción, de igual modo que las acciones de demolición y eliminación de residuos en la fase de posible amortización al final del ciclo de vida representan un gasto energético y una acumulación de residuos.

Como es sabido, los edificios históricos de valor patrimonial son la base de nuestra historia, cultura e identidad. Muchos de estos edificios son viviendas aisladas o agrupadas en asentamientos rurales o centros históricos, y su rehabilitación es fundamental para la conservación de nuestra historia e identidad. Esta arquitectura patrimonial no sólo es importante como seña de identidad vinculada al paisaje donde nace, sino también es una fuente de lecciones de sostenibilidad. La conservación de la arquitectura vernácula, y de forma más amplia, de la arquitectura histórica y patrimonial, garantiza la preservación de la identidad material, cultural y popular, ofreciendo además una inspiración para la arquitectura contemporánea con ejemplos en sostenibilidad.

La arquitectura tradicional debe ser analizada sobre un largo ciclo de vida, que comienza con una fase de construcción con materiales tradicionales y técnicas, incluyendo varias fases de uso y transformación a lo largo de la historia, y finalizando con abandono definitivo y amortización. Dentro de este extenso ciclo de vida, las fases de rehabilitación y uso contemporáneo tienen mayor impacto en términos de uso de la energía y recursos.

Por ello, la conservación de la arquitectura tradicional en la actualidad se enfrenta a dos principales preocupaciones a nivel mundial:

La mejora de la eficiencia energética en las viviendas existentes

Aunque existe una amplia literatura sobre la mejora de la eficiencia energética en la rehabilitación de edificios, la gran mayoría se centra en la vivienda construida después de la década de 1950. Aunque estos estudios son de interés en la medición y cuantificación de la eficiencia energética en edificios, apenas se han realizado en edificios históricos y patrimoniales que requieren la aplicación de criterios de conservación. Por lo tanto, las notables diferencias entre la rehabilitación de viviendas de la segunda mitad del siglo XX y las intervenciones de restauración y rehabilitación del patrimonio arquitectónico hacen necesario recurrir a otras herramientas y pautas utilizadas en el campo de la conservación.

Paralelamente, varios estudios confirman las cualidades energéticamente eficientes de la arquitectura tradicional como un tipo de arquitectura adaptada al entorno local y al clima.
Por tanto, podría decirse que las intervenciones para mejorar la eficiencia energética en edificios históricos y tradicionales podrían minimizarse, a su vez, reduciendo su impacto potencial en los edificios patrimoniales. Sin embargo, eventos como inundaciones o lluvias más intensas derivadas del cambio climático están poniendo esta adaptación vernácula al clima a dura prueba, de modo que la adaptación del patrimonio al cambio climático empieza a generar nuevas necesidades, interrogantes y reflexiones.

La reducción de la huella de carbono durante el ciclo de vida de la arquitectura

Cada vez se afirma más que la rehabilitación, conservación, rehabilitación y adaptación de la arquitectura existente son procesos más sostenibles en términos ambientales respecto a la demolición para construir nuevas arquitecturas. Aunque existe un número creciente de guías y medidas para prevenir la producción de CO2 tanto como sea posible en la construcción de edificios, en términos de la aplicación de LCA a los procesos de rehabilitación, una vez más se trata en su mayoría de viviendas que datan de mediados del siglo XX, con muy pocos casos de aplicación de esta evaluación a edificios patrimoniales. En el campo de la restauración y rehabilitación de la arquitectura patrimonial, distintos criterios de intervención implican el uso de diferentes tipos de materiales y técnicas tradicionales e industriales, y el impacto sobre el medio ambiente puede variar ampliamente dependiendo de las opciones, técnicas y materiales adoptados en el proyecto.

El propio grupo de investigación que desarrolla este proyecto ha realizado un primer ensayo de análisis y medición en el caso concreto de una vivienda tradicional restaurada con materiales y técnicas tradicionales y ha demostrado cómo este tipo de intervención llega a reducir las emisiones más de un 50% respecto al empleo de materiales industriales en una rehabilitación y más de un 70% respecto a la demolición y nueva construcción de un edificio de nueva planta.

Difusión y concienciación de la población

Además, la conservación del patrimonio de las viviendas tradicionales tanto en contextos rurales como urbanos siempre provoca incomprensiones y dificultades entre todos los que intervienen en el proceso (propietario, constructor, proyectista, administración, etc.), dado el desconocimiento de los materiales, técnicas y procesos tradicionales y su posible actualización. La presunción de que los costes de una rehabilitación realizada con materiales y técnicas tradicionales respecto a la rehabilitación con materiales convencionales a menudo asustan a los propietarios. Sin embargo, en diversos trabajos previos se ha demostrado la validez económica de estas intervenciones.

Actualmente, siguen siendo muy escasos los ejemplos de rehabilitación de arquitecturas tradicionales realizadas con materiales tradicionales con el objetivo de preservar la autenticidad y, entre ellos, menos aún son los estudios que hayan demostrado claramente el impacto que estas alternativas desde el proyecto de conservación tienen sobre las emisiones de CO2 al medio ambiente.

Por último, cabe señalar que el fenómeno de la despoblación está siendo cada vez más apremiante tanto en España en general como en algunas comarcas del interior de la Comunidad Valenciana. La rehabilitación de las viviendas tradicionales en los contextos históricos rurales o de pequeños núcleos urbanos puede constituir un factor significativo para frenar la despoblación de las áreas rurales. La rehabilitación por sí misma conlleva la recuperación de los edificios existentes como primera o segunda casa y mejora las condiciones de conservación de la población creando mayor atracción para el turismo de interior. Además, la rehabilitación realizada con los materiales locales mantiene o reactiva la producción local de los materiales y mantiene o recupera los oficios locales que trabajan con dichos materiales.